domingo, 30 de diciembre de 2012

Gaël Bigirimana, un refugiado que despunta en Saint James's Park

Nos gustan las historias que terminan bien. Es así. Todo el mundo prefiere escuchar cuentos, anécdotas e historietas que finalizan de manera satisfactoria para su o sus protagonistas. Supongo que nos vemos reflejados en ellas, nos ponemos en su piel y nos imaginamos triunfando. Odiamos el fracaso.

Pues bien, la historia de Gaël Bigirimana es de aquellas que, por lo menos hasta ahora, con 19 años recién cumplidos, ha llegado a buen puerto. Y no será por impedimentos, ni baches, pero el caso es que este centrocampista africano ha conseguido tocar, acariciar el sueño por el que suspiraba desde que era un chico.

Gaël nació en Burundi, un país inmerso en una cruel y sangrienta Guerra Civil desde su independencia, el 1962. Precisamente, un año después de su nacimiento, el 1994, estalló una disputa étnica entre los Hutus y los Tutsis, las etnias mayoritarias del país, que dejó  más de 300.000 muertos y millones de refugiados. Uno de aquellos que huyó a duras penas del país con su familia fue Gaël Bigirimana. 'Bigi', como le apodan cariñosamente en el vestuario del conjunto de la región de Tyneside, se estableció en un campo de refugiados de Uganda.

Después de pasar unos años malviviendo allí, su madre aprovechó una oportunidad para marcharse a Inglaterra. Tras comprobar que allí podrían tener ella y su familia una vida mejor, Gaël, su padre, su hermana y sus dos hermanos la siguieron. Tenía 11 años, no sabía hablar inglés, pero veía ante sí un mundo que hasta ahora desconocía por completo. Tras superar esta primera losa en su vida, el jugador de las 'urracas' sólo pensaba en poder jugar a fútbol. Y la segunda historia empieza ahí, nada más aterrizar desde África. 



Gaël se dirigía hacia el supermercado con su hermano para comprar algo de leche cuando vio a unos cuantos niños entrenando en la Escuela de Fútbol del Coventry City. Sintió un cosquilleo en el estómago, jugar con esos niños sería un sueño hecho realidad. Preguntó a su hermano mayor si podía ir y preguntar (chapurrear más bien, puesto que hablaba poquísimo inglés) por jugar. Su hermano lo detuvo, ya que sabía que se necesitaba dinero para poder pagar la estancia en la escuela. Decidió preguntarle a su madre si podía darle algo para poder probar en el equipo de fútbol, pero ella no accedió.

Fue entonces cuando, desesperado, acudió a las oficinas del Coventry City, con tan sólo 11 años, para pedir una oportunidad. Allí le dijeron que debía formar parte de algún club o escuela para poder ser seleccionado, pero cuando ya desistía, abatido, lo llamaron para que fuera a probar al día siguiente. Gaël no tenía equipamiento para jugar, se lo tuvieron que dejar todo, pero los 'scouters' se dieron cuenta rápidamente de que aquel chico tenía algo distinto. 

Ocho años después de aquello, Bigirimana fichó este verano por el Newcastle United por una cantidad cercana al millón de euros tras despuntar la temporada anterior con el Coventry City. Ya ha debutado bajo las órdenes de Alan Pardew e incluso se ha estrenado como goleador.

Otra de esas Ball-Stories que nos deja el apasionante mundo del deporte...


Ésta fue su carta de presentación goleadora con los 'magpies':



jueves, 27 de diciembre de 2012

Por qué el balón no se detiene en el Reino Unido por Navidad? (Boxing Day)

A veces, si algo funciona bien y es de nuestro agrado, es mejor no preguntar, no sea que lo estropeemos y nos carguemos algo que, a priori, nos produce una satisfacción.

Inauguramos este blog haciéndonos una pregunta. Van a surgir una infinidad de ellas a partir de ahora, algunas intentaremos responderlas, otras no obtendrán respuesta porque son de una forma determinada y punto. Pero a lo que íbamos, ¿Por qué en el Reino Unido (especialmente en la Premier inglesa, en la cima de la consideración del fútbol) no sólo no detienen el fútbol como sí hacen los demás campeonatos de la élite europea, sino que multiplican su presencia en la parrilla? ¿De qué va esto del Boxing Day, a raíz de qué se produce esta locura de concatenación de partidos a la misma hora, en un sólo día?

Como casi todo en el Reino Unido, la tradición toma un protagonismo caudal a la hora de explicar este extraño y placentero (para los devotos del fútbol y la Premier en especial, claro) fenómeno. Nos tenemos que remontar a la Edad Media (iba a decir al tiempo de los lords, pero lo cierto es que aún existen en la actualidad...) para encontrar el origen de este singular día, que los últimos tiempos no sólo se celebra en el Reino Unido, sino que también las antiguas colonias británicas lo han adoptado como festivo. Se dice que los lords ingleses, los propietarios de las tierras, escogían este día para hacer donaciones a sus siervos, que se presentaban a las dependencias de su 'Señor' con una caja ('box'), de ahí la denominación Boxing Day.

                    Los siervos, recogiendo cajas en un dibujo que recrea la festividad antaño

Otra versión apunta a que la nobleza inglesa, después de la copiosa y abundante comida de Navidad del día 25, dejaba que los sirvientes de la corte se comieran las sobras el día siguiente el 26, y tuvieran su particular 'Navidad'.

En cualquier caso, esta tradición se ha mantenido a lo largo del tiempo y se ha ido adaptando a las nuevas formas de estructura social. Actualmente, deportes como las carreras de caballos, el rugby o el fútbol celebran una jornada especialmente festiva cada día 26 de diciembre, año tras año. En el caso de la Premier, se confecciona una jornada entre equipos de regiones cercanas, para que los aficionados no tengan que hacer largos trayectos en unas fechas tan señaladas.

                           Durante el Boxing Day son habituales los disfraces navideños

Siempre se ha caracterizado por ser una jornada muy cargada de goles y espectáculo (en 1963 se marcaron 66 goles, el tope histórico de la liga inglesa), y aunque vayamos con un día de retraso, siempre es bonito recordar los orígenes y las raíces de estas tradiciones inglesas, que nos regalan unas navidades con el balón como principal protagonista.