viernes, 25 de enero de 2013

Chris Copeland, de L'Hospitalet al parqué del Madison Square Garden

Hay historias que parecen estar destinadas a terminar dulcemente; también es cierto que representan un pequeñísimo porcentaje los cuentos de la vida real que acaban felizmente, mientras que la mayoría de los que se estrellan o finalizan en tragedia o, simplemente, sin pena ni gloria jamás llegarán a nuestros oídos. Es comprensible, puesto que las historias que venden, las que nos gusta escuchar, leer o sentir, son las que nos dejan un buen sabor de boca y en las que nos gustaría vernos reflejados, formando parte del reparto, concediéndonos la categoría de héroes, porque en nuestra imaginación el casting y la distribución de papeles los hacemos nosotros, sólo faltaría...

Nuestra 'ball-storie' de hoy, ya os lo puedo avanzar, termina bien (al menos hasta el momento en que se están escribiendo estas líneas, toquemos madera). Cómo no, partimos desde el país de las oportunidades, de las historias inverosímiles, de los sueños hechos realidad. Chris Copeland nació un 17 de marzo de 1984 en la ciudad de Orange, dentro del distrito de Nueva Jersey. Chris despuntó desde joven en el arte del baloncesto y recibió una beca para estudiar en la Universidad de Colorado (donde creció y se formó como jugador Chauncey Billups). Tras finalizar su periplo en la universidad, Copeland no hizo méritos suficientes (o así lo decidieron los organizadores del Draft) para formar parte de la distinguida elección de jugadores que tendrían acceso a poder jugar en la mejor liga de baloncesto del mundo la campaña 2007-08. Ese verano, el '4' estadounidense había empezado a jugar en la famosa Liga de Desarrollo (D-League), donde se foguean cientos de jugadores esperando ansiosos una oportunidad para poder demostrar su valía en la NBA. Después de jugar a lo largo del verano de 2007 para los Fort Worth Flyers (Texas), y tras comprobar que parecía del todo improbable que le lloviera del cielo una buena oferta, decidió dar el paso más duro para un jugador norteamericano: dar el salto a Europa.




La segunda parte de su ya no tan efímera carrera como baloncestista (recordemos que cuenta ya con 28 años de edad) se desarrolla en el otro lado de 'su' Atlántico. El CB Rosalía de Castro, equipo gallego que por aquel entonces militaba en la LEB oro (2ª categoría del baloncesto español), se hizo con sus servicios, pero a última hora el CB L'Hospitalet, conocido por contar con una de las canteras más prolíficas del básquet español, consiguió que se enrolara en sus filas. En L'Hospitalet dicen que nunca terminó de adaptarse y, de hecho, no duró ni una temporada con el conjunto barcelonés. Su próximo destino: el Matrixx Magixx de la ciudad de Nimega (Holanda). Después de esta exótica y desconocida (imposible conseguir datos de su paso por este extraño equipo de la primera división neerlandesa) experiencia, la carrera de Copeland pareció dar un vuelco que terminaría siendo imparable.

El Trier, un humilde club de la primera categoría alemana (Bundesliga) decidió entonces apostar por él. Allí empezó a desenvolverse con soltura y a cuajar su mejor nivel de juego. En las dos temporadas completas que pasó en Trier (según dicen, la ciudad más vieja de Alemania, fundada el año 16 antes de Cristo y fronteriza con Luxemburgo) promedió 15 puntos y casi cinco rebotes por partido. Eso hizo que el Generali Okapi Aalstar, uno de los conjuntos más laureados de la liga belga, se fijara en él para abanderar un proyecto a corto plazo. Y vaya si lo hizo el bueno de Chris: en las dos campañas que permaneció en el baloncesto belga, promedió casi 19 puntos y seis rebotes por partido y colaboró en gran medida para conseguir el que sería primer título de su carrera: la Copa de Bélgica.

La tercera y hasta ahora última fase de su crecimiento y asentamiento deportivo llegó este verano. Chris decidió foguearse y seguir entrenando duro de nuevo en la D-League (cinco años después de haberlo hecho por primera vez tras dejar la Universidad de Colorado). Esta vez sí fueron bien las cosas: Copeland ya no era aquel joven inmaduro de Nueva Jersey, la experiencia en Europa le había aportado mucho más equilibrio y serenidad y ahora no iba a desaprovecharlo. Promediando 13,8 puntos (máximo del equipo) en apenas 22 minutos de juego, los Knicks decidieron invitarlo a entrenarse con el equipo y a hacer la pretemporada. Promedió 15 puntos por encuentro a lo largo de los partidos de preparación (inclusive una antológica actuación frente a los Celtics, a los que endosó 34 puntos). Sus actuaciones convencieron a Mike Woodson, que decidió otorgarle la 15ª y última ficha que podía dar de alta el equipo.


Pese a tener 28 años, Copeland no se libró de las típicas novatadas que reciben los 'rookies'

Su corta trayectoria hasta ahora en la NBA no podría ir mejor. Promedia casi siete puntos por partido, consiguió meterle 29 puntos a Houston en un partido y ya ha salido en el quinteto titular en más de una ocasión, aprovechando la baja eventual de Carmelo Anthony. En Nueva York ya se hacen eco de la eclosión de este desconocido baloncestista de Nueva Jersey (http://www.ibtimes.com/sportsnet/new-york-knicks-news-after-jeremy-lin-steve-novaks-emergence-chris-copeland-may-be-knicks). Además, en la prensa de la Gran Manzana empiezan a cuestionar si el 'cañonero' Steve Novak debería ir por delante de él en las rotaciones, puesto que, según anuncian distintos portales norteamericanos, "no sólo aporta tiro exterior, sino que defiende con intensidad, rebotea y entra con decisión a canasta".



En cualquier caso, la de Copeland es otra historia llena de baches, de desencantos, de tener que desviarse del camino 'triunfal' obligado por las circunstancias para poder volver, aunque sea por la puerta de atrás, y recibir el reconocimiento que merece el enorme esfuerzo y sacrificio realizados...



Y, como siempre, ahí va el vídeo de la carta de presentación de Chris en la mejor liga de baloncesto del mundo!!


lunes, 21 de enero de 2013

Sankt Pauli, fútbol y anhelos de libertad

Cada equipo tiene un trasfondo que le hace ser distinto a otro: un presidente ilustre, un jugador peculiar por su historia de vida o por su trascendencia, unos orígenes exóticos...Pero es cierto que unos nos parecen más entrañables, estimulan nuestro interés en mayor medida, por el aura que destilan y por lo raro de su naturaleza.

Ese es sin duda el caso de un conjunto alemán que ni se encuentra entre los más laureados de su país, ni ha acogido nunca a futbolistas de gran nivel, ni cuenta con una estructura especialmente relevante. La ciudad de Hamburgo, una de las capitales financieras de Alemania (junto con Frankfurt), acoge en su barrio pesquero a un humilde equipo de pocos recursos, el Sankt Pauli. 




Hasta los años '80, el St. Pauli fue un club sin mayor incidencia dentro del fútbol alemán que la de un equipo mediocre a nivel deportivo (disputando un par de ediciones de la Bundesliga, pero más presente en categorías inferiores y regionales que en la élite del fútbol alemán). A partir de esa década, el Sankt Pauli decidió coger otros derroteros y se reinventó como 'club de Culto'. El club decidió cambiar su ubicación al muelle de Sankt Pauli, cerca del 'Reeperbahn', centro del ocio nocturno de la ciudad, y del barrio chino. Allí se empapó de la diversidad cultural y del libertinaje de sus gentes y poco a poco fue adoptando una ideología de extrema izquierda; se transformó en el club de los intelectuales, de los ideales más cercanos al comunismo, el anarquismo y el socialismo.

El club fue ganando fama a nivel nacional y pronto se convirtió en uno de los conjuntos con más seguidores y simpatizantes no sólo en Alemania, sino también entre las aficiones de izquierdas de los clubes europeos. El humilde, gris y nauseabundo barrio del puerto de Hamburgo, donde se hospedaban los trabajadores de la zona, alejado de las zonas más prósperas y ricas de la ciudad, formando una especie de gueto dentro de la 'Gross urbe'. A nivel deportivo el equipo tampoco registró un cambio muy sustancial, pero la masa social no dejaba de crecer y el nombre 'Sankt Pauli' cada vez era más conocido y gentes de todo el mundo se acercaban curiosas para comprobar in situ la extravagante historia de ese equipo de las prostitutas, los comunistas y los'apestados', por decirlo vulgarmente, de la sociedad 'hamburguesa' (suena a broma, pero deduzco que éste debe ser el gentilicio correspondiente...).



Ahora vagando por la Bundesliga 2, hace un par de temporadas pudimos disfrutar de la magia del Millerntor-Stadion en la élite del campeonato alemán; el 'Hell's Bells' de AC/DC, que suena para dar la bienvenida a los equipos cuando saltan al terreno de juego para calentar, el símbolo pirata en los banderines de córner y el ambiente infernal que se respira en las gradas hicieron que los Bayern München, Bayer Leverkusen o Borussia Dortmund vivieran un desplazamiento verdaderamente surrealista a lo largo de la temporada 2010-11.

La ideología marcadamente antifascista y antirracista que se respira en el santuario del Sankt Pauli también ha provocado enfrentamientos contra reductos de aficionados de tendencia neonazi (el Hansa Rostock, por ejemplo, siempre se había caracterizado por ser uno de los enemigos públicos de la hinchada del club de Hamburgo por la ideología fascista de una parte de su hinchada, pero los dirigentes del equipo del norte del país neutralizaron a este grupo minoritario violento). Capítulo aparte merece el Hamburgo, cuyo estadio se encuentra en las afueras de la ciudad, por lo que siempre ha existido el rumor burlón que el Sankt Pauli era realmente 'el único' equipo de la urbe alemana. Además, el HSV cuenta también con una facción de extrema derecha entre sus aficionados, por lo que la rivalidad entre los dos equipos es de alta tensión.



Otro de los aspectos que convierten a este club en algo distinto dentro del mundo del fútbol es el hecho de que su último presidente, y una de las cabezas visibles del Sankt Pauli, Corny Littman, es homosexual reconocido; el equipo tiene el mayor número de admiradoras del mundo (de hecho, en las gradas del Millerntor-Stadion se pueden ver casi a más mujeres que hombres). Además del retrueno del famoso tema de AC/DC cuando el equipo salta a calentar, después de cada gol suena a toda pastilla dentro del estadio otro mítico 'hit' del grupo Blur: 'Song 2'.

La masa social del Sankt Pauli se estima en unos 11 millones de aficionados repartidos por todo el mundo y en la Bundesliga 2 cuenta con la mayor asistencia de público de todos los equipos participantes (suele registrar un lleno absoluto (25.000 gargantas). Hay mil historias que contar de este entrañable club (no sólo de fútbol, puesto que también cuenta, por ejemplo, con un equipo de rugby femenino, que ha conseguido alzarse hasta seis veces con el cetro de campeón en la máxima competición alemana de este deporte), pero no podemos contarlas todas (las sabidas, mil más habrá que desconozcamos): finalizaremos con una curiosa y bonita iniciativa que promovió hace unos años.



El Sankt Pauli organizó el verano de 2006, coincidiendo con la disputa del Mundial de Alemania, un torneo alternativo al que invitó a un grupo de selecciones nacionales no reconocidas por la FIFA; Zanzívar, Groenlandia, la República Turca del norte de Chipre, Gibraltar o el Tibet. Como anitrión, el equipo local jugó bajo el nombre de República de Sankt Pauli, aunque con los mismos colores míticos (marrón-ocre y negro) de la camiseta del equipo. El FIFI Wild Cup, como fue bautizada, fue un precioso reconocimiento a estas selecciones 'olvidadas'.



El 'Freudenhaus der Lliga', o 'Burdel de la Liga', como es conocido simpáticamente el club en Alemania, esconde multitud de rarezas, historias personales, intrigas, pero sobre todo emana unión, respeto y tolerancia por las ideas y la forma de pensar de todos y cada uno de los que forman esta entrañable institución.

This is Sankt Pauli Republik!!




miércoles, 16 de enero de 2013

El 'Hombre de las Cavernas', 'Hulk' o el 'Animal'

El rugby es un deporte que siempre me ha fascinado, pero al que he solido ver desde la distancia y a cuentagotas debido a las dificultades que siempre me ha parecido que entraña su reglamento y a la barrera que forma su 'jerga', con sus 'melés', sus 'touches', sus 'rucks', sus 'drops' y un interminable etcétera. Supongo que mi pensamiento siempre se dirigía hacia el hecho de que es el típico deporte que tienes que haberlo seguido y vivido desde chico, con una larga temporada de antelación para poder comprenderlo.

Pero eso no ha quitado que me haya empapado de su espectacular ambiente, del embriagador clima que se respira en los Mundiales y en el VI Naciones, lo que representa para los países y para sus conciudadanos hacer un buen papel y estar a la altura. También me han llamado la atención ciertos personajes, los que más trascendían en los medios, del rugby de mi época y que han hecho historia con sus selecciones. Caso de Felipe Contepomi con Argentina, Jonny Wilkinson con Inglaterra, Jonah Lomu con Nueva Zelanda...Pero hay uno por encima de todos del que siempre me ha gustado saber, el antihéroe, el 'bad boy', el Balotelli, Cantona o Gattusso del deporte del oval. Ese es Sebastien Chabal. Cuenta la leyenda que este 'tercera línea' francés es capaz de intimidar a sus rivales con tan sólo mirarlos directamente a los ojos. Dicen aquellos que han compartido terreno de juego con él, y eso también lo puede corroborar cualquier aficionado habitual o eventual al rugby, que cuando va a disputar un balón, cuando se dispone a realizar un 'tackle' o placaje, lo hace como si fuera a ser el último, con una agresividad y dureza fuera de lo normal.




Pero este jugador nacido en Valence también es conocido por su temperamento fuera de los terrenos de juego. Considerado como un personaje excéntrico, en su Francia natal es una referencia, uno de los ídolos de la afición, que lo ha apodado como 'Le Homme des Cavernes' o el 'Hombre de las Cavernas', por su aspecto desaliñado, sus greñas desarrapadas y su composición brutal. 'Hulk', el 'Animal' o 'Atila', en alusión al rey de los Hunos, son otros de los 'simpáticos' calificativos que le ha otorgado el mundo del rugby.



Sebastien empezó su carrera en el Club Sportif Bourgoin-Jallieu y posteriormente se marchó a la potente liga inglesa, de la mano de los Sharks de Sale. Allí tocó la gloria ganando la European Challenge Cup (una especie de Champions League a nivel de rugby) y la Liga Nacional el año 2006. En 2009, ya con 32 años, fichó por la hasta ahora penúltima experiencia de su carrera a nivel de clubes, el Racing Métro 92. Tras numerosos rifirrafes con su entrenador y después de protagonizar algunos escándalos fuera y dentro de los terrenos de juego, entre los cuales se encuentran unas incendiarias declaraciones contra el colectivo arbitral que le costaron 30 días de sanción y perderse las semifinales de la Liga Francesa contra el Montpellier, el máximo hito que alcanzó el equipo durante su estancia. Esta temporada se incorporó a las filas del LOU Rugby de Lyon, con 35 años, y ha manifestado en más de una ocasión su intención de abandonar el rugby. Tras quedar fuera de la convocatoria con Francia para el Mundial de Nueva Zelanda de 2011, al tercera línea galo le arrebataron por lo que más ha luchado en su carrera. Sebastien, capitán del 'quince del gallo' durante más de siete años, alzándose en dos ocasiones con el legendario e histórico torneo del VI Naciones.




'Le Homme des Cavernes', que cuenta con su propia estatua de cera en el prestigioso Museo Grévin de París (es el tercer jugador de rugby en toda la historia en gozar de esta distinción-Adolphe Jaureguy (1920) y Lucien Mias (1960)), protagonizó el año 2009 una sonora pelea con el jugador de la selección italiana de rugby Marco Castrogiovanni. Según contaron las fuentes presentes en el pub de Roma donde las dos selecciones disfrutaban del tradicional 3er tiempo tras enfrentarse entre sí, el 'Animal', en un alarmante estado de embriaguez, molestó a la novia de Castrogiovanni en diversas ocasiones; cuando el italiano se acercó para defenderla, Chabal le asestó un puñetazo y tuvieron que separarle entre sus propios compañeros y los rivales italianos. Chabal reconoció haber pedido perdón al transalpino unos días después, avergonzado por el revuelo que había causado.



Durante una década el favorito de la hinchada francesa y dejando un sello imborrable en la ciudad de Sale y en la Liga Inglesa en general, el mundo del rugby podría llorar este año la decadencia y la retirada de uno de los símbolos de este deporte en los últimos tiempos. A bientôt Sebastien!

Os dejo un pequeño aperitivo de lo que es cruzarte con el bueno de Chabal dentro de un terreno de juego...


viernes, 11 de enero de 2013

Cuando Elland Road se convirtió en el escenario de un cuento...

Me apetecía recordar algún equipo mítico inglés. Por la cabeza se me han venido a la mente (dentro de la precocidad de mi aún joven andadura en la vida) los Nottingham Forest, los Wimbledon o Sheffield Wednesday, pero de pronto he echado un vistazo a la plantilla de aquel maravilloso Leeds de principios de los 2000 y he sentido debilidad por profundizar un poco más en la historia de un equipo comandado por un entrenador legendario en la Premier League, David O'Leary, posteriormente relegado por otra figura histórica en Inglaterra, Terry Venables.

Pero sería injusto otorgarle todo el mérito a O'Leary y Venables, cuando el escocés George Graham consiguió la primera gran machada para los 'Whites' colocando al equipo quinto clasificado en la temporada 1997-98 y brindando la posibilidad de devolver al Leeds a competiciones continentales por segunda vez desde que perdiera más de 20 años atrás la final de la Copa de Europa frente al gran Bayern de Gerd Müller, Beckenbauer y compañía (ese Leeds daría para otra extensa entrada, pero siempre es más difícil escribir sobre un equipo al que ni tan si quiera pudiste ver jugar).

Pero en el crecimiento del Leeds de Graham influyó, y en gran medida, el aterrizaje de un delantero hasta entonces desconocido, nacido en Surinam pero de nacionalidad holandesa: Jimmy Floyd Hasselbaink. Había despuntado con el Boavista en el campeonato portugués, pero poco más se sabía de él. Bien pronto se encargó de encumbrar su nombre como una de las figuras de la Premier League. Marcó 42 goles en 84 apariciones con el conjunto del centro de Inglaterra, fue máximo goleador de la Premier en la campaña 1997-98 y fue el artífice de la doble clasificación consecutiva del Leeds para la UEFA (5º y 4º, respectivamente).



Tras la marcha de Hasselbaink la temporada siguiente al Atlético de Madrid parecía oscurecer el futuro de los 'Whites', pero nada más lejos de la realidad, la llegada de una magnífica hornada de jóvenes jugadores devolvió rápidamente la ilusión a sus 'supporters'. Rio Ferdinand, Lee Bowyer, Alan Smith, los australianos Viduka y Kewell, el irlandés Ian Harte, una conjunción de prematuros y talentosos futbolistas se conjuntaron para bailar al unísono bajo la batuta de David O'Leary. La primera vuelta de la campaña 1999-2000 la finalizaron de forma inmaculada en primera posición. El entorno 'White' empezaba a creer en sumar la primera Premier League de su historia (en 1992 ganaron la última edición de la extinguida First Division), pero una nefasta segunda vuelta, en la que pesó sobremanera la inmadurez y la falta experiencia de la plantilla en los momentos decisivos, cambió el rumbo del equipo, que aún así pudo terminar tercero (a 22 puntos del campeón, el Manchester United, eso sí) y clasificarse para la Champions (no sin suspense, puesto que el Bradford venció en la última jornada contra todo pronóstico ante el Liverpool, rival directo del Leeds).



Esa edición de la Champions merece un párrafo aparte, una mención especial. Tras superar en la ronda preliminar a un débil Múnich 1860, el Leeds se vio ubicado en un durísimo grupo inicial, junto a Barcelona, Milan y Besiktas. Finalizó segundo, pese a empezar su andadura sufriendo un doloroso 4-0 en el Camp Nou. En la siguiente fase (entonces en formato de grupo también) consiguió terminar segundo tras el Real madrid y dejando en la cuneta a Anderlecht y Lazio. Uno de los equipos de moda, el Deportivo de la Coruña, les esperaba en cuartos de final. Pero en una noche antológica, que quedará siempre para el recuerdo en Elland Road, los 'Whites' se impusieron por 3-0 en la ida. Ian Harte, Alan Smith y Rio Ferdinand fueron los autores de los goles. 

En la vuelta, los tantos de Djalminha y Diego Tristán pusieron el miedo en el cuerpo del conjunto inglés, que aún así aguantó las embestidas de los gallegos y entró en los anales de la historia de la Champions clasificándose para su primera semifinal de Champions (que no de Copa de Europa). Enfrente otro conjunto español, el Valencia. Otra vez con el hándicap de jugar la ida en casa, donde no pasaron del empate a 0, sucumbieron ante el rugir de Mestalla (3-0), merced a los tantos de Juan Sánchez (2) y Mendieta. Ahí se terminaba un sueño, pero se iniciaba una camada de futbolistas que darían mucho que hablar con el balón los siguientes años...




¿Qué fue de cada uno de los integrantes de aquel equipo?

Rio Ferdinand (capitán): sigue en liza, capitaneando a otro legendario equipo inglés, el Manchester United, aunque a sus 34 años cada vez se deja ver menos en los terrenos de juego

Nigel Martyn: el guardameta inglés fue el cerrojo de los 'White' durante siete campañas. Con 46 años actualmente, se retiró en 2006 con el Everton.

Gary Kelly: el defensa irlandés es historia viva del Leeds, único conjunto para el que jugó (durante más de 15 años) y donde se retiró en 2007

Ian Harte: uno de los mejores laterales izquierdos que ha dado el fútbol británico, era una de las almas de ese Leeds. Goleador y clave a balón parado, sigue en activo a sus 35 años con el Reading. Tuvo un paso fugaz por el Levante.



Olivier Dacourt: este mediocentro de corte marcadamente defensivo pasó por la Roma y el Inter con éxito  y se retiró hace dos campañas en el Standard de Lieja

Jonathan Woodgate: destacó liderando la defensa de los 'Whites' junto a Ferdinand aunque tras su paso por el Madrid, después de lesionarse de gravedad, cayó en un pozo sin fondo. A sus 32 años, milita en el Middlesbrough, de la Championship.

Robbie Keane: el delantero irlandés es un clásico de la Premier de los últimos años. Instintivo como pocos y con gran olfato goleador, ha pasado por Inter, Celtic Tottenham...Hasta recalar en Los Ángeles Galaxy, donde vive a sus 32 años una especie de retiro dorado.

Mark Viduka: el gran ariete de ese equipo. Finalizador puro, se deshinchó completamente tras salir del leeds y terminó retirándose el 2009 tras finalizar su periplo con el Newcastle.



Harry Kewell: el otro australiano ilustre del equipo. Extremo izquierdo muy fino, de gran golpeo de zurda, pasó por Liverpool (con el que se alzó con la Champions League), Galatasaray y Melbourne. Actualmente es agente libre a sus 34 primaveras.

Lee Bowyer: centrocampista agresivo pero con mucha llegada (fue el máximo artillero del equipo en aquella edición de la Champions con cinco goles), pasó por Newcastle, West Ham o Birmingham, entre otros y también es agente libre actualmente.

Paul Robinson: más conocido en Inglaterra por sus sonoras cantadas que por sus habilidades bajo palos, ha pasado por Tottenham y Blackburn, donde aún sigue en activo a sus 33 años.

Alan Smith: seguramente, el jugador con más talento de aquella plantilla. Triunfó como segundo delantero en Leeds, pero tras su paso por el Manchester United, donde Ferguson prefería utilizarlo como mediapunta o incluso mediocentro, se ha ido diluyendo. Actualmente juega en el Milton Keynes Dones de la League One.

Danny Mills: cinco años ocupando el carril derecho del gran Leeds, lo pudimos ver luego en el Manchester City o Middlesbrough, entre otros, se retiró a la prematura edad de 32 años por culpa de una grave lesión.

Eirik Bakke: el toque nórdico del equipo, Bakke actuaba en el eje del medio del campo y aportaba un gran equilibrio al conjunto de O'Leary. Se retiró la temporada pasada tras jugar en la liga de su país, Noruega.

Dominic Matteo: central escocés muy duro, no tuvo una carrera demasiado prolífica aunque contaba bastante para O'Leary. Lo más destacable, el tanto que marcó ante el Milán en la fase de grupos de la Champions.

David Batty: encarnaba el espíritu del fútbol inglés. Duro como pocos, en ocasiones hasta agresivo, era el perro de presa de aquel Leeds. Esa era su segunda etapa en Elland Road, tras haber jugado ya siete años anteriormente. Aquella fue su última experiencia como futbolista.

Robbie Fowler: este controvertido delantero, auténtico trotamundos del fútbol, sólo permaneció tres temporadas en Leeds, aunque suficiente para dejar su sello. Nunca se ha asentado en ningún equipo y a sus 37 'tacos' deambula por la liga China.

        Salida del equipo en la vuelta de los cuartos de final de Champions en A Coruña

miércoles, 2 de enero de 2013

Bernard James, de Afganistán a la NBA

Hay historias que parecen estar diseñadas especialmente por un director cinematográfico para llevarlas a la gran pantalla. Pero es imposible que algo así pueda suceder, así que es apasionante llegar a creértelas, porque es que realmente son verídicas y eso le da un plus de intensidad y de entrañabilidad brutales.

Bernard James nació en Savannah, Georgia, un 7 de febrero de 1985 en el seno de una familia humilde, acostumbrada a cambiar constantemente de residencia debido a los quehaceres militares del padre de la familia. Una vez terminado el Instituto (High School), Bernard fue rechazado en todas las universidades a las que intentó matricularse y no pudo recibir ninguna beca ni concesión por parte del estado, así que se encontraba en una encrucijada sobre hacia dónde dirigir su futuro.

Con 17 años, y siguiendo la carrera militar que su padre le había inculcado desde pequeño, decidió alistarse a la US Air Force del ejército de los Estados Unidos. Cuando culminó su pertinente enseñanza, su primer destacamento fue Iraq, en pleno conflicto entre ambos países. Allí, Bernard fue destinado a vigilar miles de prisioneros de guerra en un tétrico lugar llamado 'Camp Bucca'.

                       Bernard James, como no, el más alto, en medio de la imagen

Allí es donde podríamos decir que empieza su relación con el mundo del básquet. Nada más llegar a Iraq, un supervisor llamado Erick Dumas, viendo su portentoso físico, le preguntó si alguna vez había jugado a baloncesto. "Le dije que no. Él me contestó: "Deberías". Y así fue como esa misma noche, en uno de los clásicos partidillos que se organizaban en el área de descanso, me puse a jugar. Después de hincharme a poner tapones, a coger rebotes y tras destrozar al otro equipo, todos me felicitaron y me dí cuenta de que aquello me gustaba de verdad", comentó James al portal 'hoopsworld.com'. James fue destinado posteriormente a Afganistán y Qatar.

Después de esos seis años como militar, este corpulento estadounidense vió una puerta abierta que no dejó escapar: tras participar en el All-Star US-Forces en Las Vegas, Leonard Hamilton, entrenador de la Universidad de Florida State, se acercó para ofrecerle la posibilidad de entrar en la universidad. 

Al principio, James sólo aceptó esa oferta pensando en la posibilidad de obtener un título y hacer que sus padres estuvieran orgullosos, pero a medida que le cogía el gusto a la competición y al baloncesto en particular, decidió intentar llegar hasta lo más lejos posible. Y así fue como este verano, con 27 años de edad y convirtiéndose en el más veterano de las últimas dos décadas en hacerlo, formó parte del Draft para ser escogido por algún equipo de la NBA.

                    James, el día de su presentación como nuevo jugador de los Mavericks

El sueño (no desde niño, como la mayoría de jugadores drafteados, sino de tan sólo unos años atrás) se hacía realidad. "Este sólo es el siguiente paso. El trabajo no estará finalizado, esto tan sólo es el comienzo", afirma un Bernard James al que los años en el ejército le han aportado una dósis impagable de experiencia, disciplina y humildad.

Ahora mismo, podemos disfrutar de él si nos detenemos cualquier madrugada para ver un partido de los Dallas Mavericks.